Ezequiel Romero
Ezequiel Romero / Ciudad de México
XÓLOTL O EL MOVIMIENTO ANÍMICO
Cenotafio, 2017.
Sinopsis:
Entonces dijeron los
dioses:
“Muramos todos y hagámosle
que resucite de nuestra
muerte”
Para pasar de la inmovilidad al movimiento explícito, es necesario el sacrificio de los dioses, dar sus vidas para crear una vida nueva. El sacrificio es la actividad ritual primordial en la que el hombre se une en ofrecimiento a los dioses que lo rigen. En dicho acto convierte su acción ordinaria (representada por el objeto) en movimiento psicológico (perteneciente al ámbito de la divinidad), hace sagrado lo que no lo era factualmente. Xólotl por lo pronto, bajó y les entregó a los mortales la flor roja, el fuego para que pudieran usarlo, para que pudieran vivir y así se transformó en mortal para que pudiera ayudarles a los hombres, para que pudiera acompañarlos hasta la muerte. Transformación, Licántropo, Cambio de piel, Mutante. Pieza de danza y Pintura Corporal..
Créditos:
COLECTIVO CENOTAFIO
Dirección/ Intérprete: Ezequiel Romero Flores
Música: EMME YA – Beyond Nothingness, (Cali,Colombia)
Producción Visual: Armando Cortés Robles
Pintura Corporal: Pilar Martínez Santiago
Semblanza del Artista:
Ezequiel Romero Flores
Ezequiel Romero Flores
28 años, originario de Iztacalco, Ciudad de México
Estudiante en la carrera de Coreografía, en la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea.
Danza/ Pintura corporal/ Performance
Estudios iniciales: alumno en la Red de Faros (Faro de Oriente) desde el 2012. Pintura Corporal, Escuela de Iniciación Artística no.1 (2014). Ejecutante en Danza Contemporánea, Centro de Investigación Coreográfica (2017). Investigador y creación dancística.
El trabajo de investigación trata en torno al cuerpo y su trascendencia en los diferentes tiempos en el que se ha habituado. La pintura como uno de los primeros medios de expresión se plasma en el cuerpo desde los antepasados para dar referencia a un sin fin de símbolos y señales sobre la vida en sus diferentes puntos de encuentro, la conexión con el cosmos y los dioses, la naturaleza, su geometría y color, el lugar de origen, la creencia, creatividad e ideología de cada lugar en la tierra torna al cuerpo en un lienzo vivo, un cuerpo capaz de moverse para hablar, comunicar, recrear, expresar su necesidad de ser. La danza como arte se genera a partir de la ruta que ha tomado el cuerpo en el movimiento, desde lo cotidiano a lo experimental, las formas que pueden llegar a crearse hacen que la danza se convierta en un medio de investigación con el cuerpo y su capacidad de sanarse, liberarse, transformarse.
Por otra parte, el estudio personal trata de recuperar esa primera existencia de la pintura, su elaboración, diferentes tipos de materiales todos naturales, las formas de aplicación, bases, etc. Por todo el mundo se ha creado la forma de expresar la pintura en el cuerpo y de ahí se han desarrollado diferentes métodos, símbolos (cada lugar le da un poder a la pintura para desarrollarla desde lo público a lo sagrado). Los materiales suelen cambiar por la materia que exista en esa región, de ahí se observa la creatividad que se ha desarrollado a través de los siglos.
Mi proyecto personal habla sobre ese lazo creado por el cuerpo y la pintura, como una forma de terapia, de transformación. El trabajo de pintura corporal lleva una línea sobre lo luminoso (la pintura fluorescente) que es lo más cercano a una luz incandescente, la conexión con la muerte y la psicodelia de la mente. El trabajo coreográfico se basa en la experimentación de cualquier cuerpo en el sentido físico. Todos los cuerpos bailan, la improvisación dentro de situaciones o momentos y la conexión con el tiempo actual en el que habitamos y cómo es que veo el mundo desde mis ojos. Personalmente he sentido mi cuerpo transformarse desde lo práctico hasta lo instantáneo, me he convertido en los personajes que me he pintado. He conocido cada célula de mi cuerpo y la he podido ver al llegar a sentirla. He visto plasmar mi mente cosas en la realidad. He sentido como mi cuerpo se sana después de bailar. He visto mis emociones y sentimientos de una manera tangible y clara. He podido llegar a conocer la magia. He podido llegar a ser yo.